Sesgos cognitivos y motivacionales en la gestión de riesgos
Introducción
En los últimos años me he apasionado con la influencia que tienen nuestros sesgos cognitivos y motivacionales en la gestión y toma de decisiones en general, pero lo hemos aplicado y considerado con mis clientes, en especial, en su influencia en la gestión de riesgos. Nuestra mente funciona en base a sesgos, que también se pueden llamar distorsiones o fallas de la mente. Nuestra mente utiliza sesgos para priorizar información y decidir más rápido, es como usar “atajos”. Pero eso hace que nuestros juicios no sean tan racionales como pensamos o creemos. No ser conscientes de nuestros sesgos puede poner en aprietos a cualquier proyecto, programa, operación, portafolio o empresa donde gestionamos, porque, aunque creamos que estamos “tomando la decisión correcta” muy seguramente estará plagada no solo de preferencias personales, e influenciada por nuestra experiencia, sino que además estará siendo afectada por nuestros sesgos. Veamos aquí por qué es tan importante ser conscientes de cómo afectan los sesgos en nuestra gestión de riesgos.
No ser conscientes de nuestros sesgos puede poner en aprietos a cualquier proyecto, programa, operación, portafolio o empresa donde gestionamos o sobre lo cual decidimos.
¿Cuál es la importancia de considerar los sesgos al gestionar riesgos?
Hay alrededor de 200 sesgos cognitivos y motivacionales, como la confirmación, el optimismo, el anclaje, la disponibilidad, la percepción de autoridad, el exceso de confianza, entre muchos otros. No todos son relevantes en la gestión de riesgos, pero hay algunos que sí los son, y debes estar atentos a ellos. En mi curso de Cultura de Riesgos, abordamos todos los sesgos que pueden influenciar nuestra toma de decisiones y gestión, pero aquí te quiero mencionar al menos algunos ejemplos para que entiendas su relevancia en esta materia.
El accidente del vuelo de Avianca 052 fue producto, entre otros, de un sesgo que se llama la Percepción de Autoridad, es decir, el copiloto se dio cuenta de que había mal clima, que estaban cansados él y el piloto, que tenían poco combustible, y que la situación estaba complicada para aterrizar, pero a su vez, estaban primeros en la lista de aterrizaje. Asique quería aterrizar y no fue claro respecto del clima con la torre de control, y debido a que él era el copiloto no el piloto, no fue lo suficientemente vehemente en sacudir al piloto para que este se dé cuenta de la emergencia. Así fue que la foto muestra como terminaron.
Esto ocurre muchas veces al gestionar riesgos en las empresas, estrategias, operaciones, proyectos, programas, portafolios, y procesos. Cuando “el jefe dice algo nadie le discute” aún si pensamos que está equivocado, aún si creemos que está siendo influenciado por sesgos, “bajamos la cabeza y hacemos lo que dice el jefe”. Esto es muy común en proyectos y más en megaproyectos, o cuando los ejecutivos de una empresa hablan. Nadie los cuestiona, y eso está mal, porque ellos también son humanos y se pueden equivocar o estar sujetos a sesgos que pueden limitar su capacidad de tomar buenas decisiones. Sino recuerden la explosión del trasbordador Challenger de la NASA cuando un ejecutivo decidió, que a pesar de riesgos técnicos que se habían levantado, despegue igual el mismo.
Es decir, considerar los sesgos cognitivos y motivacionales y como estos pueden influenciar la gestión y toma de decisiones salva vidas, salva empresas, y salva proyectos y operaciones. Las empresas maduras en gestión de riesgos tienen claro esta temática y cómo abordarla.
Los sesgos de Optimismo y Exceso de Confianza
Hay dos sesgos en particular que los vemos a diario y son el de Optimismo y el de Exceso de Confianza. Yo trabajo mucho asesorando a megaproyectos de distintas industrias, o a programas, que son iniciativas muy grandes, donde a menudo el líder de estas iniciativas suele ser afectado por estos sesgos. Es habitual escuchar a gerentes de proyectos decir “a nosotros este riesgo no nos va a ocurrir, aunque les haya ocurrido a otros”. “Nosotros podemos tratar este riesgo aún si no lo hayamos hecho nunca, me tengo confianza”. También he escuchado a ejecutivos o gerentes decir “no necesitamos contingencia de tiempo o de costos porque a nosotros no nos va a pasar nada excepcional”. O ver a ejecutivos que patrocinan o piden proyectos con cronogramas excesivamente agresivos, o poco realistas, que dicen “esto lo pueden hacer en menos tiempo”, o “esto lo pueden hacer en tres años” cuando se debería hacer en cinco.
Programamos proyectos o mantenimientos en una operación con determinados hitos o línea de tiempo y nos termina llevando el doble de tiempo, ¿por qué? Muchas veces es el sesgo del optimismo, creer que todo va a salir bien, cuando la realidad luego demuestra con estadísticas lo contrario. Las personas optimistas no les gusta que le hables de riesgos. Lo peor es que estas personas están TAN convencidas de que están en lo correcto que muchas veces no quieren escuchar a nadie, no aceptan otras alternativas o sugerencias, no tienen la capacidad de ver un tema desde distintos escenarios. Y lo peor ocurre cuando estos sesgos se dan en personas de alta jerarquía y poder, que no son conscientes de sus sesgos. El problema con las personas que tienen uno de estos dos sesgos es que tienden a subestimar el riesgo o a ignorarlo.
A veces algunas personas me dicen: “Liliana mi jefe no ve tal riesgo!” Y es justamente por este sesgo. Sobrevaloran sus capacidades o la probabilidad de éxito de su proyecto, operación o estrategia, y aún los profesionales más calificados pueden asumir que están en lo cierto cuando no es así. A estas personas también les cuesta asumir cuando ocurren riesgos, es decir, no pueden asumir las materializaciones.
Todos tenemos sesgos, es así como funciona nuestra mente. Lo importante es ser conscientes de qué sesgos tenemos cada uno de nosotros y cómo esto influencia positiva o negativamente nuestra gestión de riesgos y toma de decisiones.
El sesgo de la Disponibilidad
Otro sesgo que influencia nuestra gestión es el de la Disponibilidad. Este dice que solemos tomar la información que está más fácilmente disponible en nuestra mente. Es decir, aquellos eventos extremos que nos han shockeado, o que son más recientes o frecuentes. Vuelo frecuentemente, y si un día me entero de un accidente aéreo y ese día, o al otro día, debo volar, estaré con más miedo que de costumbre :=) ! porque esa información está fácilmente disponible, me subiré al avión y visualizaré en mi mente las imágenes del accidente aéreo y por lo tanto si ese día debo dar la probabilidad a un accidente aéreo, seguramente le de mayor posibilidad que la semana anterior. Y las estadísticas no cambiaron, pero en mi mente, para mí, ese evento estará tan disponible que distorsionará mi forma de evaluar el riesgo.
Imagina ahora que estás dando estimaciones de duración para un proyecto o programa donde debes construir un puente, y recientemente construiste un puente que demoró mucho más de lo esperado y todo lo que podía complicarse se complicó (fue extremo) y encima, no fue el primer puente que se te complicó y demoró mucho más, ¡fue el tercero! (fue frecuente). Entonces, al estimar el cronograma de tu próximo proyecto donde debas construir un puente, tendrás la tendencia a dar estimaciones de duraciones más conservadoras. Tendrás la tendencia a ver muchos riesgos, o a querer poner mucha contingencia al cronograma. ¿Por qué? Porque el sesgo de la Disponibilidad te estará influenciando. Al gestionar los riesgos del puente, tenderás a identificar muchos riesgos, y a evaluar más alto de lo esperado tanto la probabilidad como el impacto de los riesgos.
Es decir, los sesgos influencian como identificas los riesgos, como los analizas y como los tratas.
La solución
Hay diversas formas de abordar los sesgos.
Lo primero, es ser conscientes de ellos. Esa es nuestra mejor defensa. Segundo, capacitarte en la materia, si eres parte de una empresa, operación, proyecto, programa, megaproyecto o portafolio, me puedes contactar para que te dicte mi curso de Cultura de Riesgo donde trato en profundidad esta temática con tu equipo o personal. Tercero, es importante la gestión de riesgos y la toma de decisiones multidisciplinaria porque “cuatro ojos ven más que dos”. En un taller de riesgos, por ejemplo, donde hay personas de distintos antecedentes, experiencias, sesgos, y disciplinas, las cosas se discuten desde distintas ópticas y eso ayuda a tener una gestión y decisiones más realistas y adecuadas. Si sabemos que una persona es optimista, le podemos desafiar sus estimaciones extremas, o cuestionar sus supuestos, le podemos consultar a otros para hacer un chequeo de realidad, podemos revisar estimaciones de proyectos previos para contrastarlo, etc. Para cada sesgo existen recomendaciones sobre cómo abordarlos.
En este blog mi idea no es tratar en profundidad esta temática, lo cual llevaría horas, sino reflexionar sobre el tema y que seas consciente de ello. Este tema es de mucha relevancia para cualquier ejecutivo, vicepresidente, gerente operacional o de proyectos y programas, gerentes de PMO, o cualquier persona que gestiona riesgos. Es muy importante además para quienes preparan certificaciones sobre gestión de riesgo, como el PMI-RMP, ya que en los exámenes de certificación suelen haber preguntas sobre cultura de riesgos o sobre sesgos. Si te interesa, puedes adquirir mi simulador PMI-RMP online donde hay preguntas del tema.
Si deseas contratar el Curso de Cultura de Riesgos para tu compañía, solicita que alguien del área de capacitación, PMO, gerencia de riesgos, o alguien autorizado para solicitar propuestas, nos contacte. ¡Espero que hayas disfrutado y reflexionado con este blog!
Puedes aprender más de estos temas en mis cursos en vivo o incompany. Además te invito a suscribirte a mi canal de YouTube, seguirme en Twitter, Linkedin, Instagram y Facebook. donde encontrarás más conocimiento e información de valor para tu trabajo y carrera.